Comenzamos con una evaluación exhaustiva de la boca del niño. A partir de ahí, se determina el tipo de tratamiento que se necesita. En algunos casos, puede ser necesario extraer dientes para crear suficiente espacio en la boca para los dientes que necesitan ser movidos.

El tratamiento de ortodoncia en niños generalmente se realiza entre los 8 y 14 años de edad, cuando los dientes y la mandíbula aún están en desarrollo. Los brackets convencionales o los brackets estéticos pueden ser utilizados, dependiendo de las necesidades del paciente y la preferencia del dentista.

En el caso de los brackets, se adhieren a los dientes con un pegamento especial y luego se conectan con un arco de metal que aplica la presión necesaria para mover los dientes. En el caso de la ortodoncia invisible, se utilizan alineadores transparentes que se cambian regularmente para ir moviendo los dientes gradualmente.

Durante el tratamiento, el niño debe acudir a las revisiones regulares para ajustar el aparato y asegurarse de que todo esté funcionando según lo previsto. Una vez que se alcanza la alineación deseada, se retira el aparato y se coloca un retenedor para mantener los dientes en su lugar.